y el odio a todo y todos, sin excepción, vuelve, fuerte y poderoso. si
puedo superar las weás que pasan en este instante no será por fuerza
ni por ganas de salir adelante o la mierda que sea, sino las
irrevocables ganas de destruir todo lo que me toque, nunca más volveré a
abrir mi maldito corazón.