domingo, 1 de mayo de 2011

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y sin querer, el tenia los
ojos más tristes del mundo,

y aunque lo escondía muy
bien, bajo indiferencia,

risas, cerveza y
alice in chains, yo podía

olerlo a kilómetros de distancia,
podía
sentirlo junto con el,
podía palpar
que ese día
cambiaría nuestras vidas

y jurar que mi nombre ahora
seria escrito con letras de luz
junto al reflejo de las suyas.






ahora entendí
que no fue
una casualidad.
nada lo es.