viernes, 10 de julio de 2009

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''Ayer miré la luna y había un hombre sentado
tomando las pequeñas estrellas del cielo.
Me miró y sonrió.
Y corriendo a su lado llegó lo que sería un perrito.
Yo... muy asombrada, le grité:
-¿ Es mi imaginación o la luna está más grande esta noche?
Y él, con sus ojos muy abiertos me dijo:
-¿No te asusta verme aqui? Las personas que me vén, se asumen locas .
-Ah... son cosas de la vida. Aunque usted no sea real
es más real que todo lo que hay aquí abajo.
¿ Quiere tomar té conmigo?, mis padres salieron , pero estaba muy cansada,
necesitaba estar conmigo misma unos minutos.
-¿Te puedo acompañar? ¿No te doy miedo?
No... ¿ Porqué? Usted es sólo un hombre lunar, con un perrito y
con ganas de hacer amigos. Lo que sí me da miedo, es cómo se vá a bajar de ahí.

El saltó, y calló en mi patio, con el sueño de ser ''real''
Se sacudió la tierra de sus ropas, abrió su bolsillo y me regaló una estrella.
- Toma, y gracias por darme vida.
La luna hace soñar a los holgazanes, hace vivir a los libres y concientes y
hace volverse locos a los ilusos e hipocritas.
- De nada... y gracias... no sé ...
Tomé la estrella y la guardé.
Igual que las miles de estrellas que el me regaló en los días continuos.
Hasta que desapareció.
Dejandome su hermoso animal, el perrito, a modo de saber
que mi mejor amigo, el hombre de la luna, había sido real.''

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